Todo cliente está obligado al cumplimiento de las normas básicas de convivencia. La prohibición de hacer fiestas en la vivienda reservada, o hacer ruido después de las 00:00 horas, perturbando el sueño de los demás clientes y vecinos.
Los propietarios de mascotas, una vez aceptadas por las propiedad, están obligados a aportar la documentación que acredite su estado sanitario, si les es requerido, así como al uso de correas y bozal en el recorrido desde la entrada hasta el alojamiento reservado. Por supuesto, son responsables de los desperfectos que pudieren causar en la vivienda durante su estancia.
Los horarios de uso de las zonas comunes, se determinan anualmente, y están expuestos en la zona del vestíbulo del edificio.
Durante la temporada de verano, el supervisor contratado por la empresa, será quién vele por el buen uso de las instalaciones comunes de jardín, piscinas, y pistas de tenis mesa y paddel.
El cliente utilizará exclusivamente la plaza de aparcamiento reservada para su vivienda, cuidando de aparcar su vehículo dentro de la zona delimitada al efecto.
La ocupación de la vivienda por un número de personas mayor al contratado en la reserva, es motivo de expulsión directa de la vivienda, sin derecho a reembolso alguno.